Grandes eventos

A nadie le amarga un dulce y son cada vez menos las ocasiones en que los docentes pueden encontrarse y sentirse valorados. Los eventos educativos combinan una dosis de campaña publicitaria con media de «hablemos de ideales educativos». Ignorantes de muchos de los entresijos del poder, somos muchos los defensores de la fauna marina que acudiríamos encantados a un evento promovido por los mismos que devastan la susodicha fauna. Los ideales se dan de tortas con la situación, pero como el ambiente es tan agradable y hay invitados tan interesantes, sería una pena perdérselo.

Esto no es algo que pase solamente en la educación obligatoria. Los rectores de las universidades españolas, por ejemplo, hacen cabriolas para darle gusto al mayor banco español y de paso participar en este o aquel comité, o recibir esta o aquella dieta. Si un rector o rectora pasa por ese aro, cuánto no pasará un/una docente con su modesto sueldo y su caudal de ideales intactos.

En pocos días comienza Global Education Forum, promovido por uno de los colegios privados más caros de España, el SEK. Un encuentro en el que un puñado de hombres le dice a la abrumadora mayoría de mujeres docentes hacia dónde vamos. Un encuentro en el que se le explicará a l@s asistentes – sentad@s y callad@s en sus pupitres – que el modelo educativo clásico, en el que una persona habla y las demás escuchan, está totalmente desfasado.

Desde su situación saneada gracias al trato fiscal de Esperanza Aguirre, la empresa de Nieves Segovia te regala un boli, un bloc y un pin y te habla de «la necesidad, y la urgencia, de crear un nuevo modelo educativo que responda a las profundas transformaciones de nuestro tiempo». Nieves Segovia hace fenomenal en decir lo que quiera (faltaría más) y Global Education Forum es un éxito sin precedentes en el panorama publicitario de los coles privados, pero a mí me da mucha pena ver las ilusiones de tant@s docentes al servicio de esta maravillosa campaña. Me hace pensar en gente que se gasta sus ahorros en una camiseta carísima de Gucci para hacerle publicidad a Gucci, con la diferencia de que a Gucci no le prestas tus más íntimos anhelos educativos.

Mientras, en la misma ciudad, el PP se hace fuerte en su plan de darle un perfil asistencial a la educación pública. El Roto haría una buena viñeta con uno de sus ricachones diciendo: «Nadie valora la gran labor social que hacemos con los indigentes, dejándoles acceder a colegios públicos».

Veo cómo cada vez más personas pudientes van engrosando, por cada vez menos dinero, las filas de los que sienten estar haciendo una «gran labor social» con personas en «situaciones difíciles», y no es eso lo que hace falta. Ahora que la mancha de la exclusión social se extiende como el aceite, necesitamos que el dinero de todos asegure a todos sus derechos sin convertir las prestaciones en limosna.